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Islas del Pacífico - Nueva Zelandia - Australia


Islas del Pacífico
Islas Cook 8 y 9 de enero 2005
Al no haber encontrado un barco que fuese de Tahiti a Nueva Zelanda como lo esper?bamos (pero bueno tambi?n es la temporada de los ciclones por all?), el billete de avi?n mas econ?mico fue pasando por Rarotonga en las Islas Cook a mitad camino.

Si esta peque?ita isla no tiene ni la belleza ni el encanto que dejamos en Moorea, lo que si se nota aqu? es que verdaderamente se acabo la primera parte del viaje y una nueva etapa empieza : se conduce del lado izquierdo y se habla ingles. Bueno me parece que es ingles pero con el acento que tienen por aqu? les tengo que hacer repetir varias veces antes de entender lo que dicen. Y eso cuando no hablan su dialecto entre ellos.


Tahiti - Moorea 26 de diciembre 2004 a 7 de enero 2005
Una buena sorpresa nos esperaba al llegar al aeropuerto de Papeete en la isla de Tahiti. Philippe, un compa?ero de trabajo que estuvo con nosotros en el proyecto en EEUU y que esta ahora en un proyecto en Nueva Caledonia, esta all? esper?ndonos en el aeropuerto. Va a pasar el fin de a?o con nosotros en estas islas.
Queremos pasar la estad?a en la isla de Moorea. Pero como el avi?n llego tarde y ya no hay barco a esa hora para ir a la isla, tenemos que pasar esa noche en Tahiti. Suerte para Felipe quien va a ir a dormir en la habitaci?n que tiene el compa?ero en un hotel de categor?a (dando a la playa, con piscina, aire acondicionado y por supuesto una buena cama) mientras las 3 chicas se quedan a pasar la noche en el calor pegajoso de la sala de espera del aeropuerto.
En la isla de Moorea nos instalamos en una caba?a del camping de Mark, un americano que despu?s de haber recorrido el mundo decidi? vivir ah? porque como dice ?l : ?es el best sitio ever?. Muy amable y muy gracioso con su acento americano mezclando palabras francesas e inglesas en sus frases.
La lluvia, o m?s bien dicho los chaparrones tropicales, no nos dejan pasearnos mucho los primeros d?as. Y cuando lo intentamos, no tarda uno en empaparnos por completo.

El camping no esta a orillas de la playa y las buenas playas est?n a unos 10 km del camping. Pero no es un problema. Hacer dedo funciona muy bien en la ?nica carretera que rodea la isla y permite habar un poco con la gente que vive ah?. Muy relajados y simp?ticos.
Al cabo de unos cuantos d?as vuelve el buen tiempo y el sol. ?Aqu? pega fuerte el sol! Podemos entonces aprovechar esas buenas playas de arena fina, palmeras y aguas azulitas, trasparentes, por algunas partes tan calientes como el agua del ba?o.
?Y que decir de la vida bajo el agua? Pues solo con meter la cabeza en el agua se ve una multitud de peces : grandes, peque?os, amarillos, azules, con rayas o pintas blancas, negras, rojas, violetas, ? vemos tambi?n ?stingrays? (?se llaman raya en espa?ol?), y peque?os tiburones de puntas negras de Recife de un metro de tama?o.
Al ver toda esta vida submarina ya no nos valen la mascara y el tubo. Queremos ir mas hondo y ver m?s. As? que Irene, Catherine y Felipe se apuntan para pasar el primer nivel de buceo. ?Qu? mejor sitio para eso este peque?o para?so? Pues as? es y de hecho nos toca ir 5 veces bajo el agua (?eh, en 4 d?as, no todas de una!) aprendiendo los gestos b?sicos como sacar el agua de la mascara bajo el agua, pasarse la boquilla de aire de uno a otro, utilizar la chaqueta de buceo, ? durante sesiones yendo de 30 minutos a 53 y bajando hasta 20 metros de profundidad. Y claro todo eso sin olvidar de mirar alrededor nuestro : mas peces de colores, stingrays, rayas tigres, tiburones de recife y tiburones limones de 3 metros de tama?o (tranquilos que no son peligrosos), un at?n brillante e incluso una tortuga verde con un caparaz?n de un metro de ancho que estuvo sigui?ndonos durante un ratito. Momentos incre?bles, ?parec?a volar!

Pero no estuvimos todo el tiempo en el agua. Tambi?n aprovechamos los dos Felipes para recorrer en bicicleta los 67 kil?metros de la carretera que rodea la isla y aprovechar la suerte de encontrar a Mark, quien les hacia dar esa misma vuelta a toda una pandilla de japonesas en su coche todo terreno, para subir al mirador, ?nica cuesta importante de la isla, montados con las bicicletas en la galer?a del coche.

Para A?o Nuevo, volvimos a la isla de Tahiti, invitados por unos amigos de Isabel a festejarlo con ellos y todo un grupo de franceses viviendo all?. Al d?a siguiente nos hicieron recorrer la isla con las playas de arena negra y el valle de montes llenos de selva y un ri? con agua fresquita que baja por medio. Gracias a J.B. y Vincent por el recibimiento.


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Nueva Zelandia
Pen?nsula de Otago - 25 a 28 de enero 2005
Es la fauna que vengo a ver por esta parte. En la pen?nsula de Otago, se encuentran varias especies de animales interesantes.
Una colonia de Royal Albatros, los cuales pueden alcanzar 1,20 metros de ?largo? y hasta 3 metros de ?ancho? con las alas abiertas. El tama?o de las alas finas es impresionante y el cuerpo parece peque?ito cuando se las ve pasar por encima de uno.
Mas lejos, otra colonia de focas con sus peque?os descansan y vigilan las cr?as jugando.
A lo contrario de las focas que se suben en las rocas, los leones de mar prefieren estar sobre la arena de la playa. Es el fin de tarde cuando llegamos y ellos suelen despertarse. Solo uno de ellos espabil? y se viene hacia nosotros cuando nos acercamos demasiado. ?400 kilos que se tiran hacia ti, no te lo piensas mucho para dar paso hacia atr?s!
En la misma playa regresan de pescar los peque?os ping?inos de ojos amarillos. Despu?s de haberse asegurado que los leones de mar no les amenazan, salen del agua y cruzan la playa para irse a sus nidos en las hierbas de la cuesta detr?s de la playa. Desde nuestro escondite para mirarlos uno pasa a un metro sin vernos. Son muy bonitos con una cinta amarilla y reflejos verdes que va de un ojo al otro pasando por detr?s de la cabeza y colores rojos y rosas sobre el pico.

Por cierto llegue a ver otra cosa que ovejas antes de dejar de este pa?s y aun llegan a sorprenderme cuando, de camino al aeropuerto, pasamos delante varias ganader?as de llamas.


Lago Tekapo, Wanaka, Milford Sound 20 a 24 de enero 2005
Para ver lo bonito que es Nueva Zelanda, hay que calzarse con buenos zapatos y hacer trabajar las piernas. As?, despu?s de haber sudado por el esfuerzo de las cuestas subidas, disfruta uno plenamente del panorama desde lo alto.
El Lago Tekapo aparece con sus aguas azules y blancas, como si hubiesen vertido leche en ellas, con montes blancos de nieve detr?s a lo lejos. Siguiendo el camino y subiendo, se descubre el valle con mas lagos y grandes esplanadas (por aqu? se rodaron escenas de ?El Se?or de los Anillos?).

Por Wanaka, tambi?n disfruta uno cruzando campos con... ?ovejas! (acabare diciendo campos de ovejas) mientras el horizonte va extendi?ndose a medida que se sube. Y que sorpresa cuando detr?s de una curva aparece el valle y el lago detr?s del monte. El tiempo soleado y despejado me permite ver a lo lejos el Monte Aspirina y sus 3027 metros de alto (segundo mas alto de Nueva Zelanda).
De hierbas rasas con encinos, el paisaje cambia al bajar por el otros lado del monte. Hierbas altas, ?rboles, zarzas a lo largo de los peque?os saltos y del ri? que bajan. Cuesta arriba y cuesta abajo, por campos de ovejas, toros mansos e incluso ciervos, la caminata me llevo 12 horas para unos 50 kil?metros. Claro que cansado al final del d?a pero con que im?genes en cambio.

Igual de largo fue el d?a para ir a ver los fiordos de Milford Sound. Pero esta vez de manera mas relajada puesto que en autocar y barco. De Queenstown, hay que cruzar el parque Fiordland de 7750 millas cuadradas. Solo 80 kil?metros en l?nea recta los separan de la ciudad. Pero para respetar el relieve del parque, la ?nica carretera que va all? nos hace dar toda una vuelta y se necesitan nada menos que 5 horas para alcanzar ese estrecho rodeado de montes que vienen a tirarse directamente en las aguas del mar oscurecido por coral negro.
Llueve fuerte al llegar all? (caen unos 6 metros de agua al a?o) y los saltos que se forman van aumentando de tama?o. Mientras nos empapamos saliendo de la cabina del barco para aprovechar mejor las vistas, unas focas subidas sobre unas rocas disfrutan de la lluvia.


Kaikoura 17 a 19 de enero 2005
Esta ciudad al borde del mar hacia el nordeste de Christchurch atrae gente que quiere ver ballenas, delfines y focas. Uno puede incluso meterse al agua y nadar con los delfines y las focas, pero hay que apuntarse bastante tiempo antes. De hecho, solo me acerco a la colonia de focas que toman el sol sobre las rocas de la bah?a. Vigilan los turistas de reojo y cuando uno se acerca demasiado se meten al agua, dan unas vuelteretas como para refrescarse y vuelven a salir sobre otra roca alejada.
Me ensayo al kayak en el ri? de agua fresca que va a salir al mar y, como tampoco hay que andar siempre corriendo, tomo el tiempo de relajarme y volver a pensar mi ruta. Pues cambio mis planes y en vez de seguir subiendo, me ir? hacia el suroeste.


Akaroa 15 y 16 de enero 2005
Saliendo de la ciudad, mi primera etapa me lleva hacia la costa a una ciudad edificada por colones franceses : Akaroa.
Ya se ven montes, prados verdes, vi?as, ovejas e incluso ganader?as de ciervos en el camino.
El pueblo esta en una bah?a al borde del mar y aun se leen calles con nombres franceses (rue Jolie, rue Benoit) as? como nombres de hoteles y restaurantes (?Chez la Mer?, ?Hotel Bon Accord?) y se ven hasta banderas francesas en algunas fachadas.
Una caminata por el monte encima de la bah?a permite darse cuenta que el pa?s no es llano. Parece tener mas cuestas que llanos. Los terrenos est?n rodeados con barreras y parece que no haya ni una sola parte del pa?s que no tenga barreras alrededor. Es que hay ovejas, muchas ovejas: ?48 millones de ovejas para 4 millones de habitantes! Lo compruebo al perderme por el monte y acabando en un campo lleno de ovejas mir?ndome pelear con la cuesta para volver al camino.


Christchurch 14 de enero 2005
La peque?a ciudad de Christchurch, capital de la isla sur, se destaca por su arquitectura de estilo ingles. Aprovechando el sol, un paseo por la plaza y a lo largo del r?o que cruza la ciudad se nota el ambiente relajado de la gente. El parque bot?nico es un lugar agradable para almorzar entre las flores antes de dar una vuelta por el museo junto a el con exposiciones sobre la cultura maor?, las expediciones en Ant?rtica, ...

Auckland 11 a 13 de enero 2005
La llegada a Nueva Zelanda es un poco especial. Y es que saliendo temprano el d?a 10 de las Islas Cook para llegar en la ma?ana del d?a 11 con un vuelo de tan solo 3 horas no ocurre a menudo. El truco es que entre Nueva Zelanda y las islas Cook esta la l?nea internacional de cambio de d?a.

En la ciudad de Auckland, lo primero que uno nota es la cantidad de carteles escritos en chino (?o japon?s, pero como no los entiendo todo es chino para m?!). Hay muchos asi?ticos por aqu?, trabajando y de turismo.
Tambi?n se llegan a cruzar hombres con la cara llena de tatuajes maor?.

A parte de esto, la ciudad no tiene mucho inter?s. Claro que la vista panor?mica desde los 186 metros de alto de la Sky Tower es impresionante. Se ven, entre otras cosas, el puerto y la bah?a donde se hicieron las regatas de la America?s Cup.
Pero siguiendo el consejo de varios viajeros cruzados, solo quedo el tiempo de informarme y definir mi ruta. De hecho ir? directamente a la isla del sur porque dicen que es mas bonita y hay tiene suficientes cosas para ocupar las 3 semanas de mi estad?a.

Como no he previsto nada para esperar mi vuelo al final de la tarde para ir de Auckland a Christchurch, me paseo, voy al cine a ver ?Diarios de un motociclista?, que por cierto recomiendo puesto que se ven paisajes y lugares por los que anduvimos y se notan ambientes que encontramos por Am?rica del Sur (?y el relato del viaje de Ernesto vale la pena!). Paso, pues, la tarde tranquilamente y de hecho me pierdo el vuelo al llegar al aeropuerto. Afortunadamente, sale otro 2 horas mas tarde y queda sitio.


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Australia
Sydney 5 al 7 de marzo 2005
De vuelta a Sydney aprovecho un dia soleado para ir a recorrer las Blue Mountains a las afueras de Sydney.
Uno llega al bode de unas gargantas impresionantes con bosques de arboles eucalypto al fondo del valle.
Mi ultima caminata en el pais me hace bajar en el valle por medio del bosque, pasando al lado de saltos. Como el camino tiene bastante pendiente, no lo recorre mucha gente y, de hecho, cruzo poca gente. Lo bueno es que paso al lado de saltos mucho mas bonitos e impresionantes que los que hay en la parte de arriba donde se queda toda la gente.

Y el gran final de esta vuelta muy buena por Australia lo hago escuchando Carmen en la Opera de Sydney. ?No esta mal, eh?

Ayers Rock 1 al 4 de marzo 2005
Este sitio en medio del continente australiano se destaca por su llanura, su sequia y la roca que se levanta en medio de esos llanos. Ya, llegando, la imagen desde la ventanilla del avi?n es sorprendente. Esa roca de 10 kilometros de cicunferencia y 348 metros de altura, con sus colores rojizos, que cambian cuando se pone el sol, sale de tierra en medio de la inmensa esplanada llana del bush.
Aqu? la tierra es roja y hace un fuerte calor muy seco. En el grifo no hay agua fria. Es tibia como mejor. Entre las 11 de la ma?ana y las 3 de la tarde todos descansan. Hace demasiado calor para estar fuera.
Si uno viene aqu? es porque el sitio tiene algo: la Roca, o mas bien dicho Uluru como se le llama en idioma aborigena. Oyendo ademas Rebecca, una guia aborigena, se llaman Anangu a si mismo, contarnos leyendas Anangu sobre la roca y lo sagrado que es para ellos, no puede uno mirarla como una roca cualquiera. Es que aun siguen haciendo ceremonias para marcar el pasaje de adolescente a adulto. Y es que ser adulto aqu? significa saber sobrevivir y mantener su familia en este lugar hostil.
Si el gobierno, al devolverles sus tierras, les impuso que dejaran que los turistas pudiesen subir Uluru, los Anangu procuran informar la gente del significado del lugar para ellos para que la gente lo respete y no suba puesto que subir Uluru es algo sagrado para ellos.
Yo la mire desde abajo, recorriendo su base y viendo los colores cambiar a la puesta del sol.

El otro lugar de la zona, las Olgas, o Kata Tjuta en Anangu, esta formado por un grupo de rocas que salen de tierra. La caminata por los valles entre las rocas dejan ver una vegetaci?n abundante por ciertas partes. Gracias a ella, llegaron a vivir aqu? los aborigenas y los animales de la zona. Pues es que sabiendo donde y como buscar, se encuentra agua, comida, alimentos dulces y plantas para curarse.
Aunque siguen transmitiendose ese saber, los Anangu aprovechan ahora tambien la vida moderna. ?A alguien que le pregunto de que plantas sacaba el color para te?ir su pelo, le contesto Rebecca : ?el color sale de la caja?!

Cairns y la Gran Barrera de Coral 23 al 28 de febrero 2005
Esta ciudad sin mucho interes es la que queda mas cerca de la Gran Barrera de Coral. De hecho, el turismo para ir a hacer buceo o snorkeling sobre la barrera es una de las mayores industrias de aqu?.
Son 3 dias que voy a pasar sobre le barco ?Kangourou Explorer? para bucear 10 veces en ese poco tiempo. El ritmo no deja mucho tiempo libre. Dos veces la primera tarde, luego una al anochecer. Empezamos a las 6 de la madrugada el dia siguiente, luego otras a las 8 y las 11. Otra mas por la noche y 3 la ma?ana siguiente. el barco cambia de sitio cada dia.

La verdad es que quede un poco decepcionado por la Gran Barrera. Tanto oir hablar de ella y encontre que no se veia tan bien como en Tahiti. Otros que estuvieron buceando por Tailandia pensaron lo mismo.
Pero claro que tambien hubieron un par de buceos muy bonitos viendo tortugas, tiburones de recife, stingrays, una manada de peces perriquitos de 50 centimetros cada uno dando vueltas alrededor de nosotros, peces payasos (Nemos) en anemonas y coral de colores azul, rojo, rosa, amarillo, ...
Tambien en un buceo de noche reimos mucho con mis tres compa?eras de buceo Fran, Belinda y Matilde. Nada mas empezar a bajar, una de ellas dejo caer su linterna. Despues de un momento de panico, vimos que afortunadamente no habia caido muy ondo y pudimos ir a buscarla. Seguimos pues y al cabo de un rato caimos sobre una tortuga muy grande durmiendo sobre la arena entre rocas (no, no la hemos despertado).
Al momento de subirnos y hacer los 3 minutos de decompresion a 5 metros de profundidad, no realmente necesarios pero por seguridad, ya estabamos al nivel del air. Las chicas se quedaron ah? y yo volvi a bajar, pensando que ellas harian lo mismo, para hacer esos 3 minutos. No se dieron cuenta y se salieron del agua. Mientras, ah? estoy yo agarrandome al recife bajo 5 metros de agua esperando que pasen los 3 minutos cuando pasa por ah? un instructor de buceo con su grupo y me pregunta lo que hago solo. Se lo explico y no muy contento me dice de seguirles. ?Es que claro, nunca hay que estar solo bajo el agua!
Vaya risas nos pegamos despues sobre esto.

Tambien hay que destacar el ultimo buceo que hice con Fran. Lo llamamos ?el buceo de m.....?. Perdon por el calificativo pero es que como habia bastante corriente en el sitio donde estabamos, nos apartamos del sitio interesante mientras ibamos bajando. No veiamos a mas de 2 metros de tanta arena que estaba levantada. Nos parecia un poco estra?o no ver ningun otro buceador alrededor nuestro.
Cuando subimos al aire libre entendimos lo sucedido. Por supuesto la corriento nos habia arrastrado fuera de la zona y estabamos por detr?s del barco, bastante lejos, cuando nos habian dicho que lo interesante estaba delante del barco...
Un poco decepcionado pues, pensando ver aun mas de lo que vimos bajo el agua, pero contento por los buenos ratos pasados.

Fraser Island 19 a 22 de febrero 2005
Fraser Island es una isla frente a la costa este de Australia hecha de arena y con bosques, lagos y rios de agua dulce. Todos los caminos son de arena y, de hecho, solo se puede andar en coche 4x4.
Me apunte pues en un tour donde proveen el coche y el material de camping (carpas, cocinera de gas, cacharros,...) pero en el cual conduces tu. Comparto el coche con 3 ingleses (1 chica y 2 chicos: Sinnead, Steeve y Steeve), Connie, una suiza y Ana, Julia y Sarah, 3 suecas. Alla vamos pues, para 3 dias y 2 noches rebotando por los baches de esos caminos de arena teniendo a veces que parar de repente para dejar pasar un iguana. Esos tres dias son completamente distintos de lo que hice y vi hasta ahora. Por la isla encantadora y sus lagos sorprendentes: el lago Mckenzie con su arena blanca y su agua azulita tan clara que uno se puede echar dentro y aun se le ve como si estuviese fuera, el lago Wabby con sus aguas verdes, sus peces gatos y la duna de arena cuya pendiente viene a tirarse dentro.
Tambien hay las playas de arena que sirven de carretera, los altos punta de vista sobre el mar de los cuales se pueden ver tibutones, delfines, manta ray y ballenas. Mas lejos unas piscinas naturales en la roca se llenan con el agua de las olas que vienen a romperse sobre las rocas transformandose en una ola de espuma. ?Las llaman las piscinas de champan! Son el unico lugar de la isla donde es posible ba?arse en el agua del mar. En los demas sitios, uno solo podra salirse del agua y echarse al sol despues de haber escapado las fuertes corrientes, haberse desecho de los tiburones peligrosos de la zona y haber nadado sin tocar las medusas cuyas picaduras pueden ser mortales...
Tambien hay las noches de camping junto con los equipos de otros coches. Instalamos las carpas, preparamos la barbacoa con, por supuesto, un par de cervezas fresquitas, y peleamos con las moscas de arena mas gordas que una avispa y que pican a traves de la ropa. De vez en cuando, vemos un dingo que se acerca atraido por el olor.


De Sydney a Brisbane 9 a 18 de febrero 2005
Saco un billete de autocar que me permite bajarme y subirme varias veces durante este trayecto.
Port Macquarie es la primera parada. Aqu? hay playas grandes y buenas olas para los surferos. Pero sobre todo hay muchos koalas por esta zona. Hay incluso un hospital para ellos donde recogen y curan todos esos atropellados por automoviles, heridos por perros u encontrados heridos u enfermos en los arboles. El hombre que nos hace dar la vuelta del hospital nos cuenta que no es raro ver cruzar koalas por las calles del pueblo muy temprano por la ma?ana. Tambien nos dice que se puede ?adoptar? uno mandando dinero para ayudar a plantar una de las 60 especies de arboles eucalypto de los cuales los koalas comen las ojas, y al financiamiento del hospital.

Mas arriba en la costa, Bayron Bay es una parada que sino todos al menos la mayoria hacen. Asique me pare aqu? para ver lo que tiene el lugar. En su tiempo se juntaban los hippies aqu? para aprovechar las buenas olas surfeando y la tranquilidad del lugar para descansar ;oD. Pero ese tiempo paso y ahora, puesto que hay buenas olas, la ciudad esta dedicada a ese deporte. Puede uno tomar clases para aprender a surfear y la calle principal esta llena de tiendas vendiendo ropa y articulos relacionados a ese deporte. Aqu? la gente esta bronceada, vestida de Billabong, Rip Curl y con una tabla bajo el brazo.
Yo me pase un par de ma?anas haciendo body-surfing y tambien aprovechando la caminata que rodea la bahia, pasando por arriba de varias playas donde se juntan surferos, por el punto mas al este del pais y llegando, un poco mas lejos, al faro blanco que guia los barco por la noche.

La ciudad de Murwillumbah es el punto de salida para subir al monte Warning. De su cumbre, que alcanza los 1157 metros, se ve toda la region alrededor. Pero la subida por si misma vale la pena. Atraviesando un bosque en el que llegamos a ver un wallabie, perriquitos rojos, una lagartija ?salmon? (por su parecido al pez) y una serpiente en un arbol, el paisaje cambia mientras subimos y los ultimos 200 metros son tan pendientes que tiene uno que ayudarse de una cadena fijada sobre las rocas. Arriba, cruzamos un hippie que va descalzo...
Pero casi la parada en Murwillumbah valio la pena solo por el albergue en el que estuve (al borde de un rio en el que uno puede saltar nada mas levantarse de la cama, y por supuesto tambien al regresar de la caminata) y por la gente cruzada ah?. Dos alemanas que volvere a cruzar en Brisbane, una pareja de alemanas que crecieron en Alemania del este y un ingles que tambien da la vuelta al mundo pero con una mochila mas peque?a que la que yo llevo en el vientre. ?Y ademas le sobra mucho sitio dentro! Pasamos una noche estupenda alrededor de una fogata.

De ah?, hice una parada de un dia, pero sin quedarme a dormir, en Surfers Paradise. Bien hice con no quedarme. La ciudad no tiene nada a parte de torres de hoteles y viviendas frente al mar. La playa es muy ancha y larga, y las buenas olas no faltan para que disfruten los surferos. Pero eso es todo.

Y ya, la parada siguiente me hace llegar a Brisbane. Con sus playa artificial al borde del rio que atraviesa la ciudad y el parque zoologico Lone Pine Koala Sanctuart. Con unos 130 koalas (adultos, peque?os y viejos), sus serpientes, sus iguanas que andan sueltas por el parque, sus perriquitos, cacatoes, kookaburas, cassowaries (parecidos a abestruces pero con una cresta roja dura y el cuello azul), aves, la demostraci?n del trabajo de perros de pastores y el recinto de wallabies y kangurus donde uno puede entrar y pasear en medio de ellos. Estando acostumbrados a la gente, se dejan acercar y acariciar. Claro, todo esto no es nada natural pero bueno, se lleva uno un buen recuerdo.
Y para aclararlo de una vez: los kangurus no son nada agresivos, no boxean sino que son mas bien timildes y huyen si se les sorprende en la naturaleza. Y ademas son animales nocturnos, con lo cual no es nada facil llegar a verles por casualidad en libertad.

Sydney 6 a 8 de febrero 2005
Al llegar aqu?, lo primero que deseo ver es la opera. Es como si solo pudiera creer que estoy realmente aqu? teniendola frente a mi.
Es andando que voy desde mi albergue, en el barrio de Kings Cross cerca de la zona roja , hacia la bahia donde esta. El ambiente que se nota en la ciudad es relajado. Lo note por todas partes del pais donde anduve, pero incluso por el barrio de negocios en medio de las torres altas se siente esta impresi?n. ?Me gusta esto!
En camino, entro en la Catedral Santa Maria, con sus columnas grises y marron, su techo de madera y su organo increible. De ah?, el camino cruza un parque con estudiantes en traje jugando a cricket, muy popular aqu?, y rugby, antes de llegar al parque botanico. Por supuesto que hay muchas clases de plantas pero tambien se ven perriquitos verdes y cacatoes blancos con cresta amarilla que no temen acercarse a la gente que les da de comer. A lo alto se unos arboles se oyen chillidos continuos. Son manadas de murcielagos grandes que cuelgan encogidos en sus alas esperando la puesta del sol.
La gente viene a pasear e incluso traen la comida y pasan el dia aqu? sobre el cesped.
Y ya, a la punta del parque veo el edificio con formas de concha. No soy el unico en estar aqu? para admirarlo. Hay gente a todas horas del dia sacandose fotos delante del edificio. Y es que verdaderamente la imagen de la opera y el puente, por detr?s, que cruza la bahia es espectacular.

El paseo en el ferry que va al pueblo de Manly, uno de los tantos que dan sobre la bahia, permite rodear la opera y luego aprovechar su vista con el puente detras mientras el ferry se aleja cruzando el estrecho donde veleros pasan lentamente.
Paseo por la playa de Manly donde los surfistas disfrutan las ultimas olas del dia esperando que el sol se ponga para regresar y ver las torres de la ciudad iluminadas asi como la opera y el puente.

Mallacoota 3 a 5 de febrero 2005
Saliendo de Melbourne al final de la tarde para llegar a medio dia del dia siguiente a Sydney, algunas paradas a lo largo del trayecto tocan durante la noche. Asi es que son las dos de la madrugada cuando el autocar me deja en Genoa. No hay nada en este sitio. Dos o tres casas y un cruce. Si me bajo aqu? es porque el autocar no va hasta el pueblo que me interesa : Mallacoota , a orillas del mar dentro del Parque Nacional Croajingolong, a 23 kilometros de Genoa. En ese momento tengo dos posibilidades para alcanzar el pueblo. Esperar la madrugada para hacer dedo, puesto que no hay ningun autocar que va alli, o empezar a andar. Pues no son ni la oscuridad, pero se ve algo con la luna, ni la distancia, y tampoco los 24 kilos que llevo en total que me asustan. ?Asique alla voy!
Al principio la carretera va por medio del campo, o sea que se ve bien, y llevo un buen ritmo. Pero pronto se mete por el bosque y ya no es lo mismo. Los arboles hacen sombra y ya no se ve tanto. Y ademas se oyen cosas. Saco la linterna para asegurarme que no voy a pisar una serpiente que podria estar cruzando. Alguna vez, tengo que dar una vuelta entera sobre mi mismo para asegurarme que no hay nada detr?s mio. Un possum al borde de la carretera se para a mirarme antes de meterse al bosque. Mas alla, un diablo de Tasmania hace igual. Un ruido enorme de alas detr?s de mi me hace darme la vuelta. No veo nada, no se lo que era. Dentro del bosque, a mi altura, por lo largo de cada paso reconozco un dinausorio. ?Ya no hay por aqu?? Pues debia ser un kanguru que iba saltando. Si los hay por aqu?.
La mochila se va haciendo mas pesada a cada paso. Despues de 4 horas andando, la espalda, las caderas y los pies duelen. Que alegria cuando por fin veo el cartel anuncindo la entrada al pueblo. ?Pero este pais es grande y entre campings y fincas de caballos hay un par de kilometros mas antes de llegar al corazon de la ciudad! Estos ultimos kilometros son horribles. Cada paso cuesta y debo hacer varias paradas para descansar. Me llevo una hora para llegar al centro desde el cartel y son las 7 cuando al final puedo sentarme en un banco y descansar.
Claro que despues de este paseito me tire todo el dia durmiendo. Pero por la bonita caminata en el parque del dia siguiente, con una mochila mucho mas ligera, los pajaros que pude ver (kookaburas, perriquitos y otros mas), la tranquilidad del sitio y el panorama increible del fin de dia frente a la laguna con los pel?canos volando a un par de centimetros del agua u inmoviles sobre postes se me fueron todos los dolores que podian quedarme y me alegro haber venido hasta aqu?. ?Y menos mal, porque hay otros 23 kilometros para marchar!
Los empiezo a las 5 de la tarde para no tener que andar de noche y tambien hacer dedo mientras aun salen coches del pueblo. Despues de haber andado dos horas y podido comprobar que si hay kangurus por aqui, George, un griego que esta en Australia desde mas de 30 a?os, me hace subir en su coche y me lleva, evitando un par de wallabies en camino, hasta su ciudad que esta yendo hacia Sydney, porque en Genoa no hay nada que hacer para esperar el autocar.

Lakes Entrance 1 y 2 de febrero 2005
Esta primera parada me dejo un poco desilusionado. Claro que la playa de noventa millas, ancha y larga, muy larga, estaba ah?, pero con olas muy fuerts y agua muy fria. Los valientes que se ba?an lo hacen con un traje que les proteje del frio...
Aqu? se pueden destacar los primeros pelicanos vistos, perriquitos y cacatoes en libertad por los arboles y un ping?ino azul que encuentro muerto sobre la playa.
Pero los chubascos, que duran todo el dia siguiente, no dejan hacer nada el segundo dia. Pero bueno, ya lo habia hecho todo el primer dia ;oD


Melbourne 29 a 31 de enero 2005
Es impaciente y pensando en todo lo que se puede ver en Australia que llego a este pais por Melbourne.
Aunque impresionante a lo primero, pronto se da uno cuenta que la ciudad no es ten grande. Con la ayuda del tramway turistico de madera que rodea el centro es muy facil recorrerla e ubicarse en ella.
Hay mucha gente joven y muchos viajeros se paran aqu? para trabajar un tiempo y asi poder seguir su viaje.
Este fin de semana hay la final del torneo de tenis de Melbourne, uno de los 4 mas importantes en tenis, y el australiano Lleyton Hewitt va a jugar la final. No muy lejos del recinto de tenis, en la plaza cerca de la estacion de tren, han puesto una pantalla grande y la gente se junta para seguir el partido. Desgraciadamente, su oponente ruso pudo mas. ?No hay la fiesta esperada!

De esta ciudad, muchos viajeros salen hacia el noroeste siguiendo la Gran Ocean Road y luego suben a Alice Springs. La otra ruta es la que va hacia Sydney. Es esta la que seguire yo en un autocar que lleva un ?bull-bar? adelante. Pues parece ser que no es raro chocarse con un kangourou por la noche. Y no hay que alejarse mucho de la ciudad para ver los primeros carteles en el borde de la carretera anunciando la presencia de estos animalitos en la zona...

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